CONSECUENCIAS GENERALES

Recordemos que desde capítulos anteriores, hemos establecido que para conseguir una adecuada educación se deben presentar unos puntos exteriores adecuados, los cuáles vendrían siendo: “una maestra humilde, un ambiente adaptado y el material científico”, en donde la maestra juega un papel importante en el acompañamiento del niño, debe estar llena de calma, que los materiales proporcionados a los niños para su concentración cumplan con tal fin,  y en donde el ambiente debe estar adecuado a la realidad de las necesidades del niño, consiguiendo así el objetivo de la educación que es “proteger al niño con el fin de favorecer su desarrollo, creando ambientes apropiados, superando obstáculos para cimentar unas bases sólidas para la educación”, donde se puede evidenciar, la transformación en el pensamiento de un niño educado con el método Montessori por que este manifiesta, un nivel muy alto de personalidad y educación.

Él mismo es capaz de elegir, repetir un ejercicio sin instrucción de manera adecuada, siempre se encuentra lleno de alegría, es un ser inagotable, donde se ve el interés por el trabajo, por el aprender y no por el premio o los juguetes como recompensa a su trabajo, al mismo tiempo crea sus directrices de trabajo (practica, positivismo y experimentación), sin esperar remuneración alguna por sus esfuerzos, simplemente la satisfacción de aprender y trabajar para hacerlo.

Montessori, opina que de este modo apareció el término conversión, es en este momento donde identificamos que el método suprime la melancolía, la tristeza, fomentando un plan de vida elevado, creando a los niños como seres lideres, autónomos y llenos de curiosidades. Es así que a consecuencia de un largo trabajo y muchos años de observación con niños que procedían de las situaciones más anormales, (Huérfanos de huracanes, sin ningún tipo de conocimiento sobre su persona), desaparecen muchos defectos del método, superándolos y sacando a la luz el reconocimiento del bien y del mal, en cada uno de estos niños.